martes, 20 de abril de 2010

Un huevo gigante ¡en la puerta de casa!

A las corridas, como cualquier día, Solita salió con un recado, pero se chocó contra un huevo.
Lo rodeó, miró hacia arriba y notó que era tan alto como su casa.
Seguramente había pasado una gallina que en el apuro lo había puesto en su puerta.
"Menos mal que no lo hizo encima", pensó preocupada.
Se trepó por el árbol y al llegar arriba se pasó al huevo y lo empolló.
-¡Soledad! ¡Te pedí que compraras huevos! ¿Dónde estás?
-¡Aquí arriba! -le contestó a su mamá.
Al salir, la señora Clara comentó:
-Sospecho que no va a entrar en la sartén –y volvió a su casa resignada.

viernes, 9 de abril de 2010

Mi mascota, el microondas

Valentino era el único nene de la cuadra que no tenía mascota. Un animal podía estropear el jardín, se podía escapar, alguien lo iba a tener que perseguir, había que bañarlo, darle de comer, parecía que tener mascota era una gran hazaña. Pero a Valentino no lo conformaban esas excusas, así que se ingenió un plan.
Puso el microondas en su carrito y lo llevó de la cuerda. Cuando su mamá quizo poner a cocinar una torta casi se muere del susto... ¿habían entrado ladrones? No. Por la ventana vio a su hijo paseando el microondas por el jardín. ¡Qué alivio! Menos mal que no había traido un perro.